LIBRETO | MISA IMPOSICION DE ALBAS
LIBRETO
MISA IMPOSICION DE ALBAS
ANTES DE LA HOMILÍA
El Formador de los Seminaristas u otra persona dirá:
Acérquese el (los) que será(n) admitido(s) al servicio.
Enseguida los va llamando uno por uno, y ellos responderán cuando estén al frente diciendo:
Presente
Luego los candidatos serán ubicados en la nave central frente del presbiterio
HOMILÍA
PETICIÓN DE ADMISIÓN Y RECEPCIÓN
Acabada la Homilía el ministro les preguntará sobre lo que le piden a la iglesia
Ministro:
Queridos Seminaristas, al presentarse delante del Altar de Dios y en la presencia de la familia Parroquial. ¿Qué piden a la Iglesia?
Uno de los Seminaristas hablando en nombre de todos dirá:
Reverendísimo Padre, con suma humildad le solicitamos nos admita a formar parte del sagrado ministerio de la Iglesia, con el deseo de servir dignamente en el Altar.
A la vez que compartimos con usted la alegría de este momento tan importante en nuestras vidas, ya que con mucho cariño y devoción prometemos servir al Señor en todos los oficios litúrgicos aprobados por la Iglesia, sobre todo en el Santo sacrificio del altar, con este espíritu rogamos nos sea impuesta el alba propia de nuestro ministerio, con el fin de servir dignamente al culto divino.
El ministro le preguntará al Formador:
Ministro:
Sabes si estos candidatos están convenientemente preparados para servir con piedad, dedicación y fe a tan importante servicio de la Iglesia.
Sabes si estos candidatos están convenientemente preparados para servir con piedad, dedicación y fe a tan importante servicio de la Iglesia.
Formador:
Me consta que durante varios encuentros, estos candidatos han recibido la adecuada preparación espiritual, litúrgica y doctrinal, mostrándose aptos y dispuestos para servir al altar, y han dado testimonio de perseverancia en el servicio por las cosas de Dios.
Me consta que durante varios encuentros, estos candidatos han recibido la adecuada preparación espiritual, litúrgica y doctrinal, mostrándose aptos y dispuestos para servir al altar, y han dado testimonio de perseverancia en el servicio por las cosas de Dios.
El ministro, dirigiéndose a los candidatos los interroga diciendo:
Queridos hijos, desde el día de su bautismo son hijos de Dios y forman parte de la Iglesia Católica. Ahora, animados por sus padres y por esta comunidad quieren servir al Señor con una mayor dedicación ayudando a los ministros en la liturgia de la Iglesia.
Han sido llamados por el Señor a su servicio y yo en nombre de la Iglesia los acepto para que sirvan al Señor en sus sagrados misterios. Serán servidores del altar y colaboradores del sacerdote en las acciones sagradas que Cristo nos ha dejado para la salvación de la humanidad. Traten de hacerlo de modo digno, para que cada celebración resulte decorosa y ordenada.
Compórtense como discípulos de Jesús, llenos de caridad, generosos y disponibles, alegres y limpios, tanto en el altar como en la vida, ya que así lo espera de ustedes esta comunidad.
La Iglesia los acoge para este propósito y ruega a Dios por ustedes, pero antes de iniciar su servicio litúrgico deberán expresarán libremente su compromiso y disposición:
¿Quieren servir con alegría al Señor y su Iglesia, realizando los servicios que les sean encargados durante las celebraciones litúrgicas aprobadas por la Iglesia?
Queridos hijos, desde el día de su bautismo son hijos de Dios y forman parte de la Iglesia Católica. Ahora, animados por sus padres y por esta comunidad quieren servir al Señor con una mayor dedicación ayudando a los ministros en la liturgia de la Iglesia.
Han sido llamados por el Señor a su servicio y yo en nombre de la Iglesia los acepto para que sirvan al Señor en sus sagrados misterios. Serán servidores del altar y colaboradores del sacerdote en las acciones sagradas que Cristo nos ha dejado para la salvación de la humanidad. Traten de hacerlo de modo digno, para que cada celebración resulte decorosa y ordenada.
Compórtense como discípulos de Jesús, llenos de caridad, generosos y disponibles, alegres y limpios, tanto en el altar como en la vida, ya que así lo espera de ustedes esta comunidad.
La Iglesia los acoge para este propósito y ruega a Dios por ustedes, pero antes de iniciar su servicio litúrgico deberán expresarán libremente su compromiso y disposición:
¿Quieren servir con alegría al Señor y su Iglesia, realizando los servicios que les sean encargados durante las celebraciones litúrgicas aprobadas por la Iglesia?
Monaguillos:
Sí, queremos.
Sí, queremos.
Ministro:
¿Se comprometen a cumplir con abnegación, alegría y responsabilidad su servicio litúrgico y las normas del ministerio del acolitado?
¿Se comprometen a cumplir con abnegación, alegría y responsabilidad su servicio litúrgico y las normas del ministerio del acolitado?
Monaguillos:
Sí, nos comprometemos.
Sí, nos comprometemos.
Ministro:
¿Se comprometen ser obedientes a los ministros de la Iglesia y a respetar a sus compañeros dando buen ejemplo a la comunidad parroquial?
¿Se comprometen ser obedientes a los ministros de la Iglesia y a respetar a sus compañeros dando buen ejemplo a la comunidad parroquial?
Monaguillos:
Sí, nos comprometemos
Ministro:
¿Se comprometen a cumplir con fervor, dedicación y diligencia su servicio en el Altar y el fiel cuidado y preparación de los ornamentos y vasos sagrados?
Monaguillos:
Con la ayuda de Dios queremos cumplir con este servicio lo mejor posible.
Ministro:
Prometen ser constantes en la oración, visitar asiduamente el Santísimo sacramento y Confesarse frecuentemente
Monaguillos:
Sí prometo, con la gracia del Señor.
Ministro:
Demos gracias al Señor, quien les ha colocado en sus corazones estos buenos deseos y le pedimos que no les falte su ayuda para servir con fidelidad en su Altar y dar testimonio vivo de su fe en todo lugar.
BENDICIÓN DE LAS VESTIDURAS
Los Padrinos de los seminaristas se acercan con el alba en sus manos y se ubican delante del ministro, quien bendice las bendice con la siguiente oración:
Ministro:
Señor Jesucristo, que nos has dejado un reino de sacerdotes aquí en la tierra, dignate
Bendecir estas + albas con las que serán revestidos estos seminaristas, ayúdalos a que la usen con reverencia y dignifiquen con su conducta estas vestiduras, destinadas a las celebraciones sagradas y santificadas por tu bendición. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Señor Jesucristo, que nos has dejado un reino de sacerdotes aquí en la tierra, dignate
Bendecir estas + albas con las que serán revestidos estos seminaristas, ayúdalos a que la usen con reverencia y dignifiquen con su conducta estas vestiduras, destinadas a las celebraciones sagradas y santificadas por tu bendición. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Todos dicen:
Amén.
El Ministro asperja las vestiduras con agua bendita.
Luego dice:
Reciban ustedes el alba que los identifica como servidores liturgicos de mano de sus padrinos para que así como el velo del templo en la antigua alianza custodiaba la parte más sagrada del santuario, de la misma manera estas vestiduras litúrgicas guarde al que sirve con su vida a Dios.
BENDICIÓN A LOS SEMINARISTAS
Los monaguillos una vez revestidos, se colocan de rodillas para ser bendecidos. El ministro con las manos extendidas, dice esta oración sobre ellos:
Te pedimos oh Padre de bondad, que Bendigas + a estos hijos tuyos que hoy se presentan ante Ti bajo el patrocinio de San Estanislao Kostka, para que los hagas dignos de servir a tu altar, contribuyan con su dedicación y alegría a la dignidad y esplendor de la liturgia, sepan dar fiel testimonio de su fe y amor por los demás, te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo que contigo vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos dicen:
Amén.
Se colocan de pie.
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